Una hoja con un legado: cómo Dina Kassa Kebede está revitalizando una planta olvidada para la nutrición sostenible

28/11/2024

Dina Kassa Kebede está agachada en la granja de su abuelo en Etiopía, recogiendo suavemente las hojas de la planta samma, con cuidado de que sus bordes espinosos le pinchen los guantes. Para la mayoría, la samma es poco más que un arbusto silvestre, una reliquia de las cocinas rurales. Para Dina, sin embargo, encierra un potencial sin explotar: la oportunidad de combinar los conocimientos indígenas con la ciencia moderna para ayudar a resolver problemas sanitarios y medioambientales de alcance mundial.

«Esta planta siempre ha estado aquí, pero la gente no la ve», dice. «Quiero cambiar eso».

Dina recolectando samma en la granja de su abuelo en Etiopía.

Nacida y criada en una zona rural de Etiopía, Dina lleva mucho tiempo en sintonía con el mundo natural. Su curiosidad por las plantas la llevó a estudiar química y ciencias medioambientales, centrándose en las propiedades fitoquímicas de las plantas medicinales. Pero no fue hasta un programa de investigación en Japón, donde presentó una ponencia sobre plantas autóctonas etíopes, cuando se centró especialmente en el potencial del samma.

«Durante mi investigación, me di cuenta de que mucha gente en Etiopía ni siquiera sabía que la samma era comestible, y mucho menos los beneficios nutricionales que ofrece», recuerda Dina. «Esa constatación me empujó a buscar formas de promocionarlo, no sólo por sus beneficios para la salud, sino también como forma de preservar nuestro patrimonio alimentario».

De arbusto local a tisana

A primera vista, la samma (Urtica simensis) no parece gran cosa. Sus hojas con ortigas dificultan su recolección y su uso se ha limitado en gran medida a las cocinas rurales etíopes. Sin embargo, bajo su modesta apariencia se esconde una gran potencia nutricional. Rico en antioxidantes, proteínas, vitaminas y minerales esenciales, el samma tiene el potencial de impulsar la nutrición y fortalecer los sistemas alimentarios.

Dina decidió reintroducir el samma como tisana, una forma que pudiera atraer a los consumidores modernos sin perder sus raíces tradicionales. Trabaja en las tierras de su abuelo, cultiva el samma siguiendo prácticas agrícolas sostenibles y lo cosecha con cuidado para preservar sus compuestos activos.

«Cosechar samma es un trabajo delicado», explica. «Las ortigas requieren una manipulación cuidadosa, y las hojas deben secarse en zonas sombreadas para conservar sus nutrientes». Una vez secas, las hojas se muelen hasta obtener un polvo fino, listo para preparar una taza de té a la vez terroso y rico en beneficios para la salud.

«Mi objetivo es hacer del samma un recurso alimentario reconocido en todo el mundo», afirma. «Tiene el potencial de beneficiar no sólo a mi comunidad, sino a los consumidores de todo el mundo».

Programa de Liderazgo Juvenil en Sistemas Alimentarios

El viaje de Dina cobró impulso a través del Programa de Liderazgo Juvenil en Sistemas Alimentarios de la ONU (YLP), apoyado por el Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, que equipa a jóvenes líderes con herramientas para abordar los desafíos de los sistemas alimentarios. El programa amplió la comprensión de Dina sobre cómo el samma podía encajar en conversaciones más amplias en torno a la sostenibilidad, la nutrición y la resiliencia climática.

«El YLP me ayudó a ver las profundas conexiones entre los sistemas alimentarios y el cambio climático, especialmente en África», explica Dina. «También hizo hincapié en la importancia de encontrar soluciones innovadoras para aumentar la resiliencia, que ahora aplico a mi trabajo con Samma y otros proyectos.»

Dina participa en el Programa de Liderazgo Juvenil de Hub en Accra (Ghana).

El programa también la introdujo en una red de jóvenes líderes africanos con ideas afines, cuyos comentarios la ayudaron a perfeccionar su enfoque. En la actualidad, Dina reconoce que el YLP le ha ayudado a defender soluciones lideradas por jóvenes en foros que van desde la UNECA en Addis Abeba hasta el Foro de Sistemas Alimentarios de África en Kigali.

«Como jóvenes, somos la fuerza motriz de la innovación agrícola», afirma Dina. «Samma es un ejemplo perfecto de cómo podemos combinar los conocimientos locales y la ciencia moderna para crear sistemas alimentarios resistentes al clima y sostenibles».

Una voz para la juventud y el conocimiento indígena

La defensa de Dina va más allá del samma. Es una firme defensora de la inclusión de los jóvenes en la agricultura, argumentando que deben estar en el centro de la innovación.

«En África, la agricultura es nuestra columna vertebral, pero también es increíblemente vulnerable al cambio climático», afirma Dina. «Si no capacitamos a los jóvenes para que aporten nuevas ideas y tecnologías, nos quedaremos estancados».

Sus llamamientos al cambio han resonado en foros y debates políticos, donde destaca el potencial de las plantas autóctonas para hacer frente a la inseguridad alimentaria y los retos climáticos. «Es fundamental que los dirigentes reconozcan las capacidades y los conocimientos que aportan los jóvenes de hoy», afirma. «Somos la esperanza del futuro, pero necesitamos oportunidades para demostrar nuestro potencial».

Dina aboga por soluciones lideradas por jóvenes en destacados foros nacionales e internacionales.

Desafíos para hacer realidad un sueño

El viaje de Dina no ha estado exento de obstáculos. Convencer a las comunidades para que acepten el samma como un cultivo valioso ha sido una ardua batalla, y aumentar la producción requiere recursos que a menudo están fuera de su alcance.

«He tenido momentos de duda», admite. «Pero sigo comprometida porque creo de verdad en el impacto que el samma puede tener en la nutrición, en los medios de subsistencia y en los sistemas alimentarios sostenibles».

Dina sueña con llevar el samma a los mercados internacionales. «No se trata sólo del samma», dice. «Se trata de mostrar al mundo lo que es posible cuando valoramos lo que ya está aquí».

Un modelo de transformación

Por ahora, Dina se centra en ampliar el alcance del samma dentro de Etiopía, utilizándolo como modelo de cómo las plantas autóctonas pueden impulsar la transformación de los sistemas alimentarios.

«Samma es sólo el principio», afirma. «Hay muchos recursos sin explotar en nuestras comunidades. Sólo hace falta que alguien los mire de otra manera».